Autores como Max Weber han postulado a la religión, más concretamente las iglesias protestantes, como impulsora de un progreso muy superior a las demás (Weber, 2003). Posteriormente otros escritores como Erich Fromm (2008, p. 81 y siguientes) o César Vidal han difundido más esta hipótesis.
Según este punto de vista, las iglesias protestantes se muestran favorables al enriquecimiento individual por dos vías. Una es la calvinista que postula el estatus en esta vida como indicativo de lo que la persona será en la siguiente. La otra es la luterana, según la cual esta doctrina humilla a los hombres frente a Dios y los empuja a la productividad en un esfuerzo por ganar su favor (Fromm, 2008, p. 81 y siguientes). Por una u otra razón se terminan obteniendo naciones más desarrolladas, afirman los defensores de dicha hipótesis.
Siguiendo esta línea de pensamiento, las naciones colonizadas por Francia o Bélgica serían naciones subdesarrolladas y las colonizadas por Inglaterra o los Países Bajos serían desarrolladas, ya sea por haber adoptado la fe católica o por haber sido colonizadas por países con dicha fe portadores de un escaso desarrollo. Asimismo, autores protestantes como César Vidal mantienen que la falta de alfabetización para poder leer la Biblia o el respeto a la propiedad privada, marcaron diferencias entre los anglosajones y los españoles.
Por último, estudiosos como Roberto Campos han indicado que las naciones iberoamericanas son subdesarrolladas por ser católicas en su mayoría o por haber sido colonizadas por países católicos, por ende, desorganizados y no muy prósperos, consecuencia propia de una moral contrapuesta siempre a la luterana o calvinista (Terragno, 1994, p. 148-151).
En un prisma más amplio se señala el caso del Líbano y sus comunidades cristiana y musulmana. Las dos muy parejas en términos de riqueza, formación y raigambre cuando se produjo la descolonización francesa y sin embargo, unas décadas después, la población cristiana había progresado mucho más que la musulmana (Landis, 2000).
Nuevamente, igual que en las apelaciones a la raza, esta teoría cuenta con muchas objeciones que la acusan de chovinista, autores como Weber son anglosajones y/o protestantes, y de ”hacer ciencia de una simple coincidencia”. Autores como Rodolfo Terragno afirman que los defensores del capitalismo tienen problemas para explicar por qué el mismo modelo triunfa en Suiza y fracasa en Haití y esa es una de las razones por las que acuden a estas teorías:
Él ensaya una explicación enlazada con una teoría tan célebre como probablemente falsa. En "La ética protestante y el espíritu del capitalismo" sostuvo que el éxito de capitalismo anglosajón deriva de la moral calvinista (Terragno, 1994, p. 149).
Siguiendo al autor argentino, de todas las naciones colonizadas por Inglaterra, un centenar aproximadamente, solo cuatro pueden considerarse desarrolladas, a saber: Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda (Terragno, 1994, p. 152). Asimismo Axel Kaiser, entre otros, discuten si Chile es o no subdesarrollada; de ser así casi se igualaría el índice de “éxitos”, uno por cada veinte países colonizados (índice casuístico sin valor demostrativo alguno). Otro tanto puede afirmarse del caso francés con la región de Quebec.
También pesa en contra de esta teoría el hecho de que regiones colonizadas por luteranos, como Namibia por los alemanes, Surinam por los holandeses, la Guayana por los británicos o Sudáfrica por estas dos últimas potencias, no se pueden considerar ni mucho menos países desarrollados. Terragno aporta una lista de ocho ex colonias de británicas que están entre las más pobres del mundo (Terragno, 1994, p. 152). Asimismo, si la religión fuese determinante, Francia, Bélgica y Austria deberían ser naciones más pobres y atrasadas por su catolicismo. La teoría de la religión tampoco explicaría por sí misma los casos de Corea del Sur, Japón, Singapur o Taiwan.
Quizá la prueba empírica más fuerte contra la teoría de la religión la proporcionó el académico Davi Cantoni, de la Universidad de Harvard. En su artículo The Economic Effects of the Protestant Reformation: Testing the Weber Hypothesis in the German Lands Cantoni siguió la trayectoria de 272 ciudades de habla germana desde 1300 a 1900, con poblaciones mayoritariamente luteranas unas, católicas otras y calvinistas las terceras. Las conclusiones no arrojaron diferencias apreciables (Cantoni, 2010).
No obstante, la influencia de la religión en el desarrollo no puede ser descartada por completo como en el caso de la raza. El ejemplo puesto es la merma de productividad que supone para una economía que su gente pare de trabajar varias veces al día para rezar, como se hace en los países musulmanes.
Aunque han de considerarse casos como Dubái, un emirato en la cual la gran mayoría de habitantes son musulmanes, hoy por hoy es una de las poblaciones más ricas y prósperas del globo, siendo un muy cotizado lugar de destino e importante punto de encuentro empresarial internacional. Pero este caso y otros similares se tratarán más adelante, dentro del apartado La investigación y la inversión en tecnología.
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