El relativismo moral es la idea de que las opiniones morales o éticas, las
cuales pueden variar de persona a persona, son igualmente válidas y
ninguna opinión de "lo bueno y lo malo" es realmente mejor que otra.
El relativismo moral es una forma aplicada más ampliamente, más
personalmente, de otros tipos de pensamiento relativista, tales como
el relativismo cultural. Todos estos están basados en la idea de que
no existe ningún estándar definitivo del bien y del mal, así que
cualquier juicio acerca del bien y del mal es puramente un producto
de las preferencias y entorno de la persona. No existe un estándar
supremo de moralidad, de acuerdo con el relativismo moral, y ninguna
opinión o posición puede ser considerada "correcta o incorrecta,"
"mejor o peor."
El relativismo moral es una posición ampliamente sostenida en el
mundo moderno, aunque es aplicada muy selectivamente.
Como con otras formas de relativismo, se menciona solamente
de una manera puramente defensiva.
Los principios de relativismo moral sólo pueden ser utilizados
para excusar o permitir ciertas acciones, nunca pueden ser utilizados
para condenarlas. El relativismo moral toma diferentes formas, desde
utilitarismo, evolucionismo y existencialismo, hasta emotivismo y
situacionismo. Todos estos, en su mayoría, comparten un único tema
unificador: que no existe la moral absoluta, y que lo que es "correcto" o
"incorrecto" es enteramente un producto de la preferencia humana.
Una Conclusión
El relativismo en sí es autodestructivo. Lógicamente, debe existir
algún estándar con el cual comparar dos afirmaciones morales
diferentespara determinar cuál es la "correcta." Obviamente, los
relativistas morales niegan la existencia de tal estándar, y por
ello alegan que tales comparaciones son imposibles.
Esto ocasiona el problema práctico más grande del relativismo,
como se mencionó arriba: es difícil, si no imposible, condenar
cualquier acción desde una posición de relativismo moral.
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