Instrucciones para ser posmo
Por Julieta Sanguino
Si usted es de esos que quisieran demostrar su inteligencia de una manera más evidente, le presentamos esta sencilla guía para lograr hablar y escribir como un típico intelectualoide posmoderno. Palabra que según Stephen Katz se ha puesto de moda después de la caída del modernismo. Ahora las personas adoptan un lenguaje y comportamiento que piensan los hacen lucir más inteligentes que los demás, sin siquiera tener una ideología clara sobre qué es la posmodernidad.
Las apariencias lo son todo
Si gusta de dar opiniones en las reuniones acerca de lo que ocurre en el mundo, basta con escuchar un poco la conversación para que logre considerar qué es lo que está bien y mal. No se informe en los periódicos, déjese llevar por la opinión de aquel que luzca más inteligente, pero sobre todo, genere un discurso lleno de palabrería. Utilice un lenguaje rebuscado porque el sencillo y cotidiano está fuera de lugar. En cambio, puede utilizar metáforas, expresiones indeterminadas y palabras domingueras.
Los prejuicios son la base fundamental
Guíese por la mayor cantidad de prejuicios que pueda, puesto que estos indicarán su familiaridad con el tema. Añada un toque de sexismo y racismo a sus conversaciones y por supuesto retome a Freud y el psicoanálisis para explicar hechos cotidianos.
La ignorancia no es mala
No saber de qué se está hablando no es malo si se hace con certeza y convencido de lo que se dice. Y aquí volvemos al punto número uno: utilice palabras rebuscadas para que tampoco su interlocutor comprenda lo que está diciendo, entonces ambos puedan fingir tener una conversación sin decir absolutamente nada.
Si le pregunta de qué está hablando, no se preocupe, véalo con extrañeza, como si algo malo ocurriera con él y responda con más palabras rebuscadas que tampoco logre comprender, si sigue cuestionándolo su única salvación será tacharlo de tonto o poco erudito.
Utilice autores y todos los recursos que pueda
Si se encuentra sentado frente a la computadora, necesita utilizar todos los recursos disponibles. Diseñe un cuadro con columnas en las que coloque prefijos, sufijos y una serie de nombres respetables que impresionen como Barthes, Foucault, Derrida, Bourdieu o Canclini, a quienes podrá citar en cualquier momento; verá cómo todos se muestran asombrados con su trabajo. Si agrega un toque oriental y cita al Dalai Lama o Buda, verá cómo logra impactar más con su trabajo. Por si fuera poco, puede darle un toque más intenso si logra cerrar con un aforismo conocido que haga que los demás se inclinen y aplaudan a su intenso conocimiento.
No es necesario que lea completos los tratados de los teóricos y ni siquiera entenderlos, sólo debe hacer alusiones a sus “epístemes” y mencionar al famoso autor.
En cuanto a los prefijos, no se deje llevar por frases sencillas como “El sujeto es una creación histórica”, puede lograr aderezarlo con su lista para lograr decir algo como “El sujeto es una deconstrucción de metanarrativas transhistóricas”.
El posmodernismo surgió como un movimiento cultural a principios de los años setenta y se caracteriza por tener un pensamiento pesimista sobre el proyecto modernista. Este último había surgido en Europa Occidental en 1800 y veía a la industria y la ciencia como motores de progreso mundial. El posmodernismo, en contraposición, rechaza el racionalismo tan estricto del modernismo pero al mismo tiempo construye su pensamiento sobre él. En el posmodernismo la subjetividad es uno de los pilares de todo trabajo científico o teórico, juega con creencias relativas y verdades no absolutas.
El término de posmodernidad se utiliza en la actualidad sin un fundamento real de lo que se dice y muchas personas ignoran siquiera a qué se refieren cuando se habla de posmodernidad. Es una de las palabras más populares y muchos especialistas han buscado analizar la relación de las personas con esta palabra y la utilización del término como parte de su vocabulario diario.
La discusión entorno al lenguaje posmoderno ha sido mucha. Rosa María Rodríguez Madga, quien retoma a Zizek, Baudrillard y Bauman, asegura que ni siquiera nos encontramos más en la época posmoderna sino en una nueva llamada Transmodernidad en la que la crítica hacia la modernidad que realizó el posmodernismo debe ser tomada para continuar con el progreso y la ciencia, postulados de la modernidad. Sin embargo, ha surgido una gran fascinación por la palabra, la que, sin ton ni son se utiliza para calificar personas o situaciones de la vida cotidiana que no tienen nada que ver con la idea original. Así, su significado se ha desvirtuado y banalizado, lo que retoma Stephen Katz en su artículo Cómo hablar y escribir en posmoderno, en el que se basa esta crítica. Para de esta manera lograr retomar los valores de la época y lograr comprender por fin, qué es la posmodernidad.
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