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martes, 7 de noviembre de 2017

La femineidad


Por Karina Pugliese:

La femineidad hoy en dia ha venido siendo redefinida por una sociedad decadente. Es una obra perversa de reingeniería social donde todo puede ser redefinido de acuerdo a tus propias apetencias. El concepto de género, de derechos fundamentales, de democracia, matrimonio, el concepto del bien y el mal.
Vivimos en una época de donde todo parece ser perecedero o desechable. Donde hay un constante sentimiento de hostilidad frente al otro, donde al prójimo se le mira más como a un competidor al que hay que vencer, más que como a un par del que puedes aprender.


El concepto de femineidad ha venido perdiendo su fuerza, significado y trascendencia con el auge de corrientes de pensamiento radicales. La femineidad es una cualidad natural de la mujer. 


Antropológicamente la mujer tiene unas características físicas y morfológicas bastante definidas y diferenciadas del hombre desde su nacimiento. Su masa muscular, su fisonomía, su proporción ósea y evidentemente su aparato reproductor. Todo esto está dentro del concepto de femineidad, concepto que parece desdibujarse hoy en día por el paso de ideologías que la desvalorizan o simplemente desconocen y desdibujan esta cualidad de la mujer.

Un ejemplo de ésto lo podemos casi palpar en las redes sociales y los medios de comunicación. A la mujer desde hace ya varios años por cuenta de la infame " Revolución Sexual" que surgió en los años 60´s. Por cuenta de ésta a la mujer se le cosificó, se le valorizó como mero objeto sexual con la falsa consigna de la "liberación". 
Supuestamente se le "liberaba" de "tabúes" , pero lo único cierto es que se le esclavizaba como mero objeto de satisfacción sexual, de consumo, de mercancía.


El cuerpo de la mujer se ve utilizado, expuesto como cebo para muchas campañas publicitarias de diferentes bienes y servicios. Hay toda una ideología macabra en esto donde se le bombardea a las mujeres desde muy temprana con cánones de belleza preconcebidos, mujeres con medidas perfectas. Tanto así que la que no nace con éstas características o está destinada al fracaso o seguir la moda de la apriencia ya sea inyectándose biopolímeros, colocándose implantes de silicona, uñas postizas, extensiones de cabello y un kilo semanal de maquillaje. Veo muchas jovencitas y mujeres adultas posando ligeras de ropa y mostrando sus atributos físicos muy orgullosas de su “femineidad”. Para estas mujeres ser femenina consiste en tener un cuerpo fit, unos pechos grandes o una cara perfectamente maquillada y un cabello bien cepillado y mantenido.


La femineidad pasa de ser una cualidad innata del género femenino a ser un concepto en el que más mujer se es por el deseo que produzca su apariencia en el sexo masculino.


Por otro lado, hay otra corriente ideológica que surge de la misma Revolución sexual y es otro tipo de feminismo radical que pretende igualar el género femenino al género masculino. Pretende borrar o negar la antropología del género femenino, igualándose paradójicamente con el género masculino cuando en su repetitivo y recalcitrante discurso reniegan del carácter patriarcal de la sociedad. 
Simone de Beauvoir en su libro “ El segundo sexo” hace un estudio antropológico y cronológico del papel de la mujer en las distintas etapas de la historia, la cual es muy interesante pero llega a conclusiones perversas tales como que la capacidad de la mujer de albergar vida en su vientre es como una especie de maldición o una desventaja porque la hace esclava del hogar , imposibilitando su desarrollo profesional, siendo que, lo que hace a la mujer única respecto al hombre es primordialmente dar vida. La mujer -según Beauvoir- nace por sus características físicas con desventajas respecto al hombre, cuando realmente eso es lo que nos hace únicas ya que participamos directamente con el Creador trayendo vida a este mundo.Ya en esta forma de feminismo no se explota las cualidades físicas de la mujer para satisfacer intereses comerciales y sexuales, no, se utiliza a la mujer para reclamar un status natural ocupado por el hombre, masculinizándola, negando su naturaleza. Ambas son ideologías que van en contra de la dignidad de la mujer. Ambas podrían considerarse- en mi opinión- violencia contra la mujer.


Mi invitación con este post es a todos, hombres y mujeres, a que valoremos y abracemos nuestra identidad, como hombres y mujeres hijos adoptivos del Padre Creador. 
Somos hijos pensados y deseados desde el vientre materno por un Dios que es AMOR. Somos creados a su imagen y semejanza.


Mujeres: El modelo de femineidad por excelencia es Nuestra Madre María. Que supo darse sin reservas con su fiat para que en su vientre se gestara Nuestro Redentor. En ese vientre materno se gestó la Salvación de los hombres!





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